domingo, 19 de noviembre de 2017

Aparato respiratorio


Aparato respiratorio

El aparato respiratorio o sistema respiratorio es el encargado de captar el oxígeno (O2) del aire e introducirlo en la sangre y expulsar del cuerpo el dióxido de carbono (CO2),que es un desecho de la sangre y subproducto del catabolismo celular.

Los peces tienen respiración branquial, por donde absorben el oxígeno del agua, las plantas respiran a través de su superficie (hojas), los humanos y los anfibios respiramos por medio de los pulmones y los insectos por las tráqueas. 

 Pero vamos a centrarnos en el sistema respiratorio del cuerpo humano y sus partes.

En humanos y otros mamíferos, el sistema respiratorio consiste en vías respiratorias, pulmones y músculos respiratorios que median en el movimiento del aire tanto dentro como fuera del cuerpo humano.

El intercambio de gases es el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono, del ser vivo con el medio. Dentro del sistema de los pulmones, las moléculas de oxígeno y dióxido de carbono se intercambian pasivamente, por difusión, entre el entorno gaseoso y la sangre. ​Así, el sistema respiratorio facilita la oxigenación con la remoción contaminante del dióxido de carbono y otros gases que son desechos del metabolismo y de la circulación.

El sistema respiratorio también ayuda a mantener el balance entre ácidos y bases ​en el cuerpo a través de la eficiente eliminación de dióxido de carbono de la sangre.




La Respiración se realiza por medio de dos procesos


Inspiración: hay una contracción del diafragma y de los pulmones; el diafragma se desplaza hacia abajo, los pectorales menores y los espacios intercostales presionan las costillas hacia afuera. Como consecuencia de esto, la caja torácica se expande y el aire entra rápidamente en los pulmones, por vía de la tráquea, con el fin de llenar el vacío de aire que resulta de la inspiración.
Espiración: este mecanismo es de relajación del diafragma. Contrario a la contracción, se relaja adaptando su postura normal, en curva hacia arriba; los pulmones se contraen y el aire se expele.



Partes del Sistema Respiratorio




Fosas Nasales: son dos cavidades que se encuentran en el interior de la nariz, cuya función es permitir la entrada del aire, el cual se humedece, filtra y calienta a través de unas estructuras llamadas cornetes.


Faringe: La faringe, es un tubo musculoso situado en el cuello y revestido de membrana mucosa; conecta la nariz y la boca con la tráquea y el esófago.

Por la faringe pasan tanto el aire como los alimentos, por lo que forma parte tanto del aparato digestivo como del aparato respiratorio.


Mide unos trece centímetros, extendido desde la base externa del cráneo hasta la 6º o 7º vértebra cervical, ubicándose delante de la columna vertebral.

Epiglotis: Epiglotis es la estructura del cuerpo que cuelga hacia abajo de la tráquea. Cuando el alimento se traga, la epiglotis impide que penetren en los pulmones. En ausencia de Epiglotis una persona puede ahogarse y toser cada hora mientras se come.


Laringe: Este órgano permite el paso del aire desde la nariz hacia la tráquea y de ahí a los pulmones. La Laringe, es una estructura móvil, que forma parte de la vía aérea, actuando normalmente como una válvula que impide el paso de los elementos deglutidos y cuerpos extraños hacia el tracto respiratorio inferior. Además permite el mecanismo de la fonación diseñado específicamente para la producción de la voz. La emisión de sonidos está condicionada al movimiento de las cuerdas vocales. Son los movimientos de los cartílagos de la laringe los que permiten variar el grado de apertura entre las cuerdas y una depresión o una elevación de la estructura laríngea, con lo que varía el tono de los sonidos producidos por el paso del aire a través de ellos. Esto junto a la disposición de los otros elementos de la cavidad oral (labios, lengua y boca) permite determinar los diferentes sonidos que emitimos.


Tráquea: La tráquea es una parte muy importante del aparato respiratorio, es el tubo que conecta la nariz y la boca con los bronquios y los pulmones. Cuándo una persona inspira (toma aire) el aire entra por la boca o nariz y pasa a la laringe, de aquí pasa a través de la tráquea para llegar a los bronquios y finalmente a los pulmones. Su papel es el de ofrecer una vía abierta al exterior desde los pulmones. Debido a este papel fundamental en la respiración, cualquier daño en la tráquea es potencialmente muy peligroso para la vida.


Bronquio: Uno de los dos conductos tubulares en que se bifurca la tráquea y por los que se introduce el aire en los pulmones. Conduce el aire desde la tráquea a los bronquiolos y estos a los alvéolos. 


Bronquiolos: Los bronquiolos son parte de las vías respiratorias en los pulmones. Están situados en el extremo de los bronquios, la ramificación más grande de las vías respiratorias en los pulmones, y terminan en los alvéolos, pequeños sacos circulares donde el oxígeno se intercambia con dióxido de carbono en la sangre. Estos pasajes se distinguen de los bronquios en que no contienen cartílago o glándulas. Son responsables de controlar la distribución del aire y la resistencia del flujo de aire en los pulmones.


El aire es aspirado dentro de los pulmones a través de las vías respiratorias superiores hasta que alcanza los alvéolos, donde oxigena la sangre. La sangre desoxigenada transfiere su dióxido de carbono en los alvéolos, y el dióxido de carbono se respira a través de las vías respiratorias.



Pulmones: Los pulmones, son un par de sacos (derecho e izquierdo) que se encuentran en la cavidad torácica y que llevan a cabo la función de la oxigenación sanguínea. Sirven para separar el Oxigeno de otras sustancias toxicas para luego transportarlo a la sangre. Son los encargados de transformar el aire que respiramos en oxígeno, que será transportado a través del sistema cardiovascular por la sangre a todas las células del organismo. El pulmón derecho es el más grande, ya que el izquierdo tiene que cederle una parte de su espacio para acogerla corazón.

 ¿Sabías que hinchamos nuestros pulmones unos quinientos millones de veces durante una vida para atraer aire fresco (oxígeno o O2) y expulsar aire usado (dióxido de carbono o CO2)?


 Los pulmones están protegidos por la caja torácica y se apoyan sobre el diafragma.

Músculos Intercostales: Los músculos intercostales mueven la caja torácica y permiten la respiración pues al contraerse los músculos flexores provocan la espiración y al contraerse los músculos extensores, la inspiración. Agrupan a las láminas musculares que ocupan los espacios comprendidos entre dos costillas vecinas. Se ubican en la parte anterior y lateral del tórax y su función es actuar en los movimientos respiratorios.


Diafragma: El diafragma es un músculo de forma alargada que separa la cavidad torácica de la abdominal; se sitúa debajo de los pulmones en forma de cúpula y su función es, ni más ni menos, intervenir en la respiración.
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Al inhalar, este poderoso músculo se contrae y se achata aumentando la capacidad torácica y creando un vacío que atrae mayor cantidad de aire a los pulmones, y en la exhalación se relaja y recupera su forma de cúpula a medida que los pulmones expulsan el aire.




Enfermedades del Sistema Respiratorio

Las enfermedades de las vías respiratorias son muy comunes, sobre todo las de origen infeccioso, o virales, en las que un microrganismo penetra las vías a través del aire por las fosas nasales o por la boca, y se produce respiratoria. Entre las más frecuentes podemos mencionar:
Tuberculosis

Es una enfermedad una infección infecciosa patógena producida por una bacteria o bacilo que también puede invadir otros órganos o partes del cuerpo. Sin embargo, a nivel pulmonar manifiesta un sin número de síntomas, como tos frecuente y expulsiones de sangre cuando ya está en estado muy avanzado.
Enfermedades obstructivas de las vías respiratorias
La insuficiencia respiratoria es la poca capacidad de los pulmones y demás vías de captar el oxígeno y hacerlo llegar a sus destinos para oxigenar bien el cuerpo.
Neumonías

Son infecciones peligrosas que se producen por bacterias del tipo coco: neumococos. Estas infecciones, de no tratarse a tiempo, pueden generar cuadros muy graves si no se aplican los antibióticos correspondientes, es causada por la acumulación de líquido en el alveolo.

Causas:Diversos agentes infecciosos —virus, bacterias y hongos— causan neumonía, siendo los más comunes los siguientes:

·         Streptococcus pneumoniae: la causa más común de neumonía bacteriana en niños.
·         Haemophilus influenzae de tipo b (Hib): la segunda causa más común de neumonía bacteriana.
·         El virus sincitial respiratorio es la causa más frecuente de neumomía vírica.
·         Pneumocystis jiroveci es una causa importante de neumonía en niños menores de seis meses con VIH/SIDA, responsable de al menos uno de cada cuatro fallecimientos de lactantes seropositivos al VIH.

Transmisión:La neumonía puede propagarse por diversas vías. Los virus y bacterias presentes comúnmente en la nariz o garganta de los niños, pueden infectar los pulmones al inhalarse. También pueden propagarse por vía aérea, en gotículas producidas en tosidos o estornudos. Además, la neumonía puede propagarse por medio de la sangre, sobre todo en el parto y en el período inmediatamente posterior. Se necesita investigar más sobre los diversos agentes patógenos que causan la neumonía y sobre sus modos de transmisión, ya que esta información es fundamental para el tratamiento y la prevención de la enfermedad.

Formas de presentación:Los síntomas de la neumonía vírica y los de la bacteriana son similares, si bien los de la neumonía vírica pueden ser más numerosos que los de la bacteriana.

En menores de 5 años con tos y/o dificultad para respirar, acompañadas o no de fiebre, la neumonía se diagnostica por la presencia de taquipnea (respiración rápida) o tiraje subcostal (depresión o retracción de la parte inferior del tórax durante la inspiración, cuando en las personas sanas el tórax se produce una expansión). Las sibilancias son más frecuentes en las infecciones víricas.
Los lactantes con afectación muy grave pueden ser incapaces de comer o beber, y pueden presentar pérdida de consciencia, hipotermia y convulsiones.

Factores de riesgo

La mayoría de los niños sanos pueden combatir la infección mediante sus defensas naturales, pero los niños inmunodeprimidos presentan un mayor riesgo de contraer neumonía. El sistema inmunitario del niño puede debilitarse por malnutrición o desnutrición, sobre todo en lactantes no alimentados exclusivamente con leche materna.
La presencia previa de enfermedades como sarampión o infecciones de VIH asintomáticas también aumentan el riesgo de que un niño contraiga neumonía.

Los factores ambientales siguientes también aumentan la susceptibilidad de los niños a la neumonía:

·   la contaminación del aire interior ocasionada por el uso de biomasa (como leña o excrementos) como combustible para cocinar o calentar el hogar;
·        vivir en hogares hacinados;
·        el consumo de tabaco por los padres.

Tratamiento

La neumonía causada por bacterias puede tratarse con antibióticos. El antibiótico de elección es la amoxicilina en comprimidos dispersables. La mayoría de los casos de neumonía requieren antibióticos por vía oral los cuales suelen recetarse en centros de salud. Estos casos también pueden ser diagnosticados y tratados con antibióticos orales baratos a nivel comunitario por los trabajadores de salud comunitarios capacitados. Se recomienda la hospitalización solamente en los casos graves.

Prevención: La prevención de la neumonía infantil es un componente fundamental de toda estrategia para reducir la mortalidad infantil. La inmunización contra la Hib, neumococos, sarampión y tos ferina es la forma más eficaz de prevenir la neumonía.

Una nutrición adecuada es clave para mejorar las defensas naturales del niño, comenzando con la alimentación exclusiva con leche materna durante los seis primeros meses de vida; además de prevenir eficazmente la neumonía, reduce la duración de la enfermedad.
También puede reducirse el número de niños que contraen neumonía corrigiendo factores ambientales como la contaminación del aire interior (por ejemplo, proporcionando cocinas de interior limpias a precios asequibles) y fomentando una higiene correcta en hogares hacinados.

A los niños infectados con el VIH se les administra el antibiótico cotrimoxazol diariamente para reducir el riesgo de que contraigan neumonía.

Enfisema

Un enfisema pulmonar se produce cuando los alvéolos de los pulmones se destruyen gradualmente, lo que hace tener cada vez más dificultad para respirar, A medida que empeora, las paredes interiores de los alvéolos se debilitan y se rompen, creando un espacio más grande en lugar de muchos pequeños. Esto reduce la superficie de los pulmones y, a su vez, la cantidad de oxígeno que llega al corriente sanguíneo.
El enfisema también destruye poco a poco las fibras elásticas que mantienen abiertas las vías respiratorias pequeñas que conducen a los alvéolos. Esto permite que estas vías respiratorias se colapsen cuando exhala, por lo que el aire de los pulmones no puede escapar y no deja espacio para que entre el aire fresco, rico en oxígeno.
Síntomas del enfisema: Puede tener el enfisema durante muchos años sin notar ningún signo o síntoma. El síntoma principal de enfisema es la falta de aire, que suele comenzar poco a poco. Usted puede empezar a evitar las actividades que le causan la falta de aliento, por lo que el síntoma no se convierte en un problema hasta que comienza a interferir con las tareas diarias. El enfisema finalmente ocasiona dificultad para respirar incluso mientras usted está en reposo.
Causa del enfisema: La principal causa del enfisema es la exposición a largo plazo a irritantes en el aire, entre ellos:
§  El humo de tabaco y la marihuana
§  La contaminación del aire
§  La fabricación de gases
§  El carbón y el polvo de sílice
En raras ocasiones, el enfisema es causado por una deficiencia hereditaria de una proteína que protege las estructuras elásticas en los pulmones. Esta forma se llama enfisema por deficiencia de alfa-1 antitripsina.


Asma bronquial

Es una enfermedad que provoca que las vías respiratorias se hinchen y se estrechen. Esto hace que se presenten sibilancias, dificultad para respirar, opresión en el pecho y tos.

Causas: El asma es causada por una inflamación (hinchazón) de las vías respiratorias. Cuando se presenta un ataque de asma, los músculos que rodean las vías respiratorias se tensionan y su revestimiento se inflama. Esto reduce la cantidad de aire que puede pasar por estas.

En las personas con vías respiratorias sensibles, los síntomas de asma pueden desencadenarse por la inhalación de sustancias llamadas alérgenos o desencadenantes.
Los desencadenantes comunes del asma incluyen:
·         Animales (caspa o pelaje de mascotas)
·         Ácaros del polvo
·         Ciertos medicamentos (ácido acetilsalicílico o aspirin y otros AINE)
·         Cambios en el clima (con mayor frecuencia clima frío)
·         Químicos en el aire o en los alimentos
·         Ejercicio
·         Moho
·         Polen
·         Infecciones respiratorias, como el resfriado común
·         Emociones fuertes (estrés)
·         Humo del tabaco
Las sustancias que se encuentran en algunos lugares de trabajo también pueden desencadenar los síntomas de asma, lo que lleva al asma ocupacional. Los desencadenantes más comunes son el polvo de la madera, el polvo de los granos, la caspa animal, los hongos o los químicos.
Muchas personas con asma tienen antecedentes personales o familiares de alergias, como la fiebre del heno (rinitis alérgica) o eccema. Otros no tienen tales antecedentes.


Cáncer

El cáncer de pulmón es uno de los cánceres más comunes en el mundo. Es la principal causa de muerte por cáncer entre los hombres y las mujeres en los Estados Unidos. El fumar cigarrillos causa la mayoría de los cánceres de pulmón. A mayor cantidad de cigarrillos diarios que fume y cuanto más joven se comienza a fumar, mayor será el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón. La exposición a altos niveles de contaminación, radiación y asbesto también puede aumentar el riesgo.
Los síntomas comunes del cáncer de pulmón incluyen:
·         Una tos que no desaparece y empeora con el tiempo
·         Dolor constante en el pecho
·         Tos con expectoración con sangre
·         Falta de aire, silbidos al respirar o ronquera
·         Problemas repetidos por neumonía o bronquitis
·         Inflamación del cuello y la cara
·         Pérdida del apetito o pérdida de peso
·         Fatiga

Existen muchos tipos de cáncer de pulmón. Cada uno de ellos crece y se disemina de un modo distinto y se trata de una forma diferente. El tratamiento también depende del estadio o de qué tan avanzado se encuentre. El tratamiento puede incluir quimioterapia, radiación y cirugía.